Durante décadas, el discurso sobre el aislamiento de los edificios se ha centrado predominantemente en la eficiencia energética y la reducción de costos. Sin embargo, la creciente evidencia científica exige un cambio de paradigma fundamental: el aislamiento térmico, y en particular el del techo, no es una mejora opcional para el ahorro económico, sino un componente no negociable de una “edificio saludable”.
¿Sabías que el techo es la principal puerta de entrada de calor y frío a tu edificio? Por eso, un buen aislamiento en las tejas es una de las mejores inversiones que puedes hacer. No solo mantendrá el interior fresco o cálido, sino que mejora tu bienestar físico y reducirá tus facturas de energía. Aquí te contamos todo sobre como la falta de aislamiento real en un techo afecta la salud, descanso y productividad de las personas, los tipos de materiales que existen en Colombia y cómo elegir el ideal para tu proyecto.
La conductividad térmica (λ), es una propiedad física inherente de un material que cuantifica su capacidad para conducir el calor. Mide la velocidad a la que el calor fluye a través de un material de un espesor dado cuando existe una diferencia de temperatura entre sus superficies.
La resistencia térmica R, mide la capacidad de un material para resistir el flujo de calor. Representa la oposición que un material ofrece al paso de la energía calorífica. Para un material uniforme, la resistencia térmica es directamente proporcional a su espesor e inversamente proporcional a su conductividad térmica. La relación se expresa mediante la fórmula: R = espesor (en metros) / conductividad térmica (λ en W/m·K). Un valor R más alto indica una mayor resistencia al flujo de calor, lo que significa que el material es un mejor aislante.